jueves, 25 de abril de 2013

Una mente maravillosa

John Nash, gracias a su brillante mente matemática, recibe una beca para realizar los estudios de postgrado en  la universidad estadounidense de Princeton.
John desde un primer momento muestra gran excentricidad y un comportamiento asocial en un contexto competitivo y erudito, donde la amistad y el prestigio dependen de los logros, metas u objetivos. Con su peculiar compañero de habitación, su obsesión por los números va aumentando desemesuradamente: no asiste a clases, tiene reacciones dementes e incluso se refugia en el alcohol.
Curiosamente, es en un bar donde elabora la teoría que daría un mayor sentido a su vida y que lo elevaría a un estatus considerado dentro de la universidad.
He aquí el cambio, John no tiene afán por enseñar, no tiene destrezas para desarrollar sus conferencias y muestra actitudes extrañas que finalmente desmontan todo su mundo de fantasía, para desembocar en el mundo de la realidad. La realidad de una enfermedad de la que desconocemos sus causas y que ofrece unos  métodos de cura autodestructivos, la realidad de una esposa que no abandona ante las dificultades cotidianas que suponen cuidar de una persona que ha tardado en conocer realmente.
Dicotomía entre realidad/alucinación en una película que mezcla y desvela en su transcurso múltiples perspectivas en relación a un esquizofrénico que se establece en un círculo muy intelectual y poco humano, del que, sin embargo, sale algo tan brillante como una teoría que marcaría al mundo de la ciencia; de ella recibiría años después su reconocimiento bajo un premio nobel, siendo  la vía de motivación y superación de una persona que cuenta con escasos apoyos en la vida real.
La cuestión más peculiar de todo lo acontecido en la película es que, en un ambiente tan elitista marcado por unas pautas de comportamiento muy marcadas entre iguales, el marginado o más excluido del grupo obtiene la meta final tan perseguida por todos sus competidores.  Y más allá de todo eso, destaca  que por momentos el propio John se muestre reacio a asistir a clase, más allá de la paranoia, por no encontrar en ellas estímulos que le propicien una idea interesante para su tésis.
Así fue, los estímulos no los encontró en un aula tradicional, reglada y metódica, sino en el exterior, en un bar  dónde incluso llega a matizar la teoría de Adam Smith: el individuo ha de aportar en favor del bien colectivo. Egocéntricamente no se consigue nada.
Algo deja a entrever respecto a la educación, la individualidad no necesariamente cumple con la meta u objetivo final (si entendemos que esta es la calidad) sino que le pone trabas, la entorpece y deja al margen aspectos muy positivos que ofrece la cooperación grupal. En este sentido, se puede considerar que el colectivo es más eficaz.
Varios aspectos  se añaden con el transcurso de la película;, clases tradicionales (trasmisivas, poco participativas, centradas en los contenidos teóricos), hasta la inclusión de sus propias experiencias en el ámbito académico; todo esto finaliza con la adaptación e integración final de John como profesor, ya que establece una relación más cercana con el alumnado, y comienza a apreciar el mundo del docente.
Del primero, deducimos que el profesor es el sujeto experto y experimentado, mientras que el alumno es el novel. El docente se limita a trasmitir los conocimientos que posee, y el alumno intenta alcanzar el nivel de éste, con las herramientas que le proporciona.  A su vez, el centro educativo selecciona a aquellas personas con habilidades más adecuadas al nivel que exigen y al fin que consideran oportuno: la excelencia y unos resultados académicos óptimos.

Por todo ello, cabe destacar, que, como en la película, si la educación pretende la felicidad, esta se encuentra  gracias a conceptos contrapuestos a los que ofrecía la Universidad de Princeton: colectividad, ABP y EPA gestionado personalmente, enriquecido por las vivencias personales , integración (escuela inclusiva) y cercanía de la relación profesor - alumno.
Así pues: ¿En qué consiste crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda? En virtud de lo visto, si pretendemos sujetos felices, lo más adecuado es acabar con los materiales tradicionales y ofrecer clases cooperativas y democráticas. Esas fueron las mejores condiciones para el éxito y no la fórmula que se planteó desde un principio. Solo críticamente se llega a la meta.
Una enseñanza puramente científica que se limita a producir sujetos que han podido supervisar y controlar  en un proceso enmascarado bajo los conceptos de "objetividad" y "universalidad" , es plana y carente de estímulos y enfocada a que sus productos actúen de forma sumisa respecto a esos principios universales e incuestionables. La educación es una ciencia, pero no es matemática, sino que ésta es una de sus áreas. La educación exige flexibilidad, múltiples posibilidades, y la posibilidad de transformar y replantear estructuras.

1 comentario:

  1. Comentario muy centrado en la película, muy poco en el análisis de lo que nos interesa, que es la pregunta que plantea el proyecto: ¿En qué consiste crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda?
    Poco o nada decís de lo que se puede entrever en la película acerca de los contenidos, las actividades, las relaciones, el espacio, los materiales...

    Aprovecho para preguntar dónde están los dos proyectos anteriores. Del primero sólo aparece la entrevista a Ainhoa, sin análisis ni cometarios de ninguna clase. Del segundo nada de nada.
    ¿?
    Espero que más pronto que tarde se normalice esa situación.

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